El toque metalizado de los estampados digitales de color
Cuando se quiere destacar una zona de un diseño por encima de las demás, una de las opciones puede ser aplicar un estampado digital, un acabado de impresión que logra aportar un toque metalizado a cualquier proyecto creativo. Los colores azul, verde y rojo metalizados, además del cobre o bronce, han sido recientemente incorporados a la gama de colores directos para la estampación digital ofrecidos, los cuales se suman al stamping en oro y plata.
Los colores rojo, azul y verde metalizados no van a pasar desapercibidos. Estos tonos brillantes son perfectos para crear mayor impacto visual en cualquier campaña publicitaria o de comunicación.
Además, los efectos metalizados que proporciona el color bronce, al igual que el oro y plata, tienen una connotación asociada al lujo, la elegancia y la distinción.
La combinación del estampado digital con el barniz selectivo 3D contribuye a acentuar aún más las propiedades de brillo que aporta esta técnica, a lo que se suma el efecto de relieve.
Para qué usar el stamping
Metalizar, resaltar y categorizar son las tres funciones principales de esta técnica de impresión digital. Además de crear un llamativo efecto metalizado, el estampado digital es una opción idónea para destacar determinados elementos de comunicación o publicitarios y con ello, mejorar su atractivo.
Los nuevos colores azul, verde y rojo metalizados pueden usarse para desarrollar una identidad de marca única que la diferencie respecto a la competencia, por ejemplo, resaltando el logotipo con la aplicación de este acabado.
Además, sirve para enriquecer elementos de comunicación corporativa como imágenes, informes anuales, certificados, cubiertas de libros o tarjetas de visita, aportando un toque creativo diferente.
El color bronce se puede aplicar a elementos de comunicación y embalaje de joyería, antigüedades, galerías de arte y artículos de regalo, entre otros usos.
La estampación digital es útil también para categorizar productos o servicios. Es frecuente su uso en embalaje, por ejemplo, en envases de productos Premium, con el objetivo de aportar un valor añadido e incrementar la sensación de alta calidad del producto.